Cambios en el tablero político ecuatoriano


El día de ayer llegaron a un acuerdo entre el movimiento indígena, encabezado por la CONAIE, y el gobierno ecuatoriano. Se supone que en el transcurso de este día se publicará un decreto presidencial que reemplace al famoso 883.

¿Quién ganó? Nadie. Con el tipo de situación que afrontamos, no hay ganadores. Hay simplemente diferentes tipos de pérdidas y hay cambios en el tablero político ecuatoriano. A continuación describo algunos puntos sobre cómo veo personalmente las cosas.

  • Hasta antes de este período turbio, el poder político era prácticamente equivalente al poder electoral. Por ejemplo, Rafael Correa logró amasar un poder cuasi-dictatorial a partir de un respaldo popular que se mantuvo extremadamente fuerte (llegó a tener más del 70%) durante ocho de sus diez años de gobierno. Su poder empezó a disminuir cuando perdió la alcaldía de Quito y de otras ciudades del Ecuador. En lo personal, sigo teniendo dudas de que el elegido de Correa para reemplazarlo en el poder – Lenin Moreno, haya ganado las elecciones del 2017; pero, aún si efectivamente ese fue el caso, su llegada fue «con las justas», con un 50%.
  • Desde octubre de 2019 los indígenas (CONAIE) vuelven a tener poder político significativo. Muy significativo. Fue ganado a base de la fuerza – aún si fuera cierto que son inocentes y que los desmanes y actos vandálicos y terroristas provinieron de la izquierda correísta. El movimiento indígena recupera poder político luego de que llegó a ser completamente irrelevante en los años en que Alianza País ha gobernado.
  • Creo que en las elecciones 2021 se verá que el movimiento indígena perderá poder electoral. Casi nula aceptación en la costa y mínima aceptación en el contexto urbano de la sierra, especialmente en Quito, Cuenca y Ambato donde la población fue sometida por la fuerza a un estado de inmovilidad.
  • Para mantener representatividad el movimiento indígena deberá unificar candidaturas, posiblemente en Pachakutik.
  • El movimiento indígena no fue capaz de tumbar a un gobierno. Necesitan de Quito para ello: los dos ingredientes juntos lograron su cometido con Bucaram, Mahuad y Gutiérrez.
  • Se ha hecho más notable la diferencia de reacción entre Guayaquil y el resto del país, con particular mención a Quito.
  • El líder de Guayaquil, Jaime Nebot, tiene prácticamente asegurada su llegada a una  segunda vuelta electoral. La noción de que el Ecuador necesita un gobernante fuerte – para variar otro caudillo – comenzará a circular. La diferencia es que esta vez el caudillo vendrá de la derecha.
  • Creo que la votación de Quito se dividirá como nunca antes. El norte, con su fuerza económica votará a la derecha, muy probablemente por Nebot. De este sector es de donde yo creo que el PSC elegirá al candidato a vicepresidente. El sur, mucho más popular, creo que votará por un centro izquierda y por una izquierda que incluye a vestigios del correísmo.
  • Lasso no es un caudillo y no ganará en Guayaquil.
  • Manabí fue irrelevante en los eventos de octubre 2019. Si bien esta provincia será cortejada por los candidatos, creo que entre Quito y Guayaquil decidirán quien nos gobernará.
  • El alcalde de Ambato mostró ser bastante incapaz de defender a su ciudad. Creo que la población intentará sacarlo del poder antes de culminar su período.
  • El alcalde Quito es percibido como «tibio». También veo difícil que termine su período. Se volverá un fantasma político.
  • El correísmo seguirá existiendo con alguno que otro alcalde y prefecto pero es muy difícil que crezca electoralmente. Quien a estas alturas sigue apoyando a su líder, a pesar de que ha salido a la luz tanta evidencia de la corrupción en que incurrió Alianza País, muy difícilmente reconocerá su error. Seguirá con su forma de pensar.

En cualquier caso, nuestra sociedad quedó herida y ojalá pase bastante tiempo antes del siguiente sacudón…

Acerca de Juan Mayorga Zambrano

Juan Mayorga Zambrano, Ph.D. Profesor Investigador Ecuador
Esta entrada fue publicada en Actualidad, Economía, Ecuador, Etica, Latinoamérica, Noajismo, Política, Populismo, Terrorismo. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario